Coordenadas

El darse cuenta, y por lo tanto la motivación del Proyecto surgió el 2017 durante el desarrollo de procesos de enseñanza-aprendizaje danzarios, abordados desde un enfoque de investigación/acción, realizados en contextos socioculturales urbanos y populares, a los que hoy denominamos como vulnerables debido a su precariedad respecto del sistema económico.

En ese tiempo ni siquiera conocíamos la palabra ni el enfoque descolonial; sólo ocurrió que el ambiente de confianza entre profesoras y estudiantes, co-construido paso a paso durante años, permitió el despliegue de la subalternidad de quienes participaban, dando paso a que las propias verdades encarnadas en vivencias cotidianas, desbordaran los parámetros preestablecidos para una clase de danza o de historia de la Danza.

Así, actualmente las luchas identitarias se han tomado las agendas reivindicativas; surgiendo movimientos que -intentan- posicionar en las agendas locales, nacionales, e internacionales, las perspectivas, dolores, y derechos de, por ejemplo, movimientos que abogan por identidades de género, derechos reproductivos, y sexualidad; luchas en contra de la violencia de género; antiracialización, pro migración, inclusión de lo que se denomina como discapacidad y neurodivergencias; diversidades religiosas y culturales; animalistas, ecologistas, y medioambientalistas; reivindicaciones juveniles y estudiantiles; adultos mayores; y así podríamos seguir enumerando llegando hasta la las artes y en ello la Danza, y la historia de la Danza; y seguir desglosando hasta en cada temática llegar a cada persona; y en ese punto límite, como siempre todo está interrelacionado; y como cada uno, una, une, se identifica con más de una temática; no queda más que plantear la interseccionalidad de las opresiones.

Ahora bien, en ese juego identitario hay que tener cuidado, pues es sabido que la cultura neoliberal en la cual estamos insertos promueve el individualismo, pero pareciera que no estamos tan atentos cuando ante nosotres se conforma un mercado de referentes, donde es posible elegir cuál bandera identitaria enarbolar, utilizando el mismo modo de pensar y actuar que cuando en el actual mercado posfordista, (flexibilizado, especializado, y diversificado) se elige el sabor de un yogurt, sumándole si es light o sin azúcar; entero, semidescremado, o descremado; sin o con lactosa; con o sin gluten. (Y recuerden no olvidar si lo desean con salsa de caramelo, mermelada, y/o toppings).

La alerta radica en que dichas reivindicaciones identitarias no pueden dejar de lado la problemática de las clases sociales; no como meros agrupamientos socioeconómicos (o capacidades de consumo), sino en su sentido de categoría histórica estructural, relacional, cultural y por lo tanto colectiva, basada en la posición objetivable de un grupo de personas dentro de un sistema económico (1, 2, 3). Quizás algunos plantearán que se está sesgando todo a un análisis económico o de lucha de clases; pero no, y en ello colabora la tesis de Karmy, que establece que desde el imaginario portaliano Chile no se conformó como una República, sino como una economía (4, min 08:07).

Entonces, regresando a nuestra experiencia danzaria, aconteció que lo identitario se materializó en la toma de conciencia de pertenecer a las clases medias y bajas, es decir, según Gabriel Salazar, a ese pueblo mestizo que constituye casi 2/3 de la población desde el SXVII, y que ha sufrido exclusión, que no ha sido sujeto de derecho, que no tiene una identidad clara, que no tuvo ni tiene territorio ancestral como los pueblos indígenas, ni propiedad privada como la implementada por los españoles, y que por todo ello no tiene memoria de sí mismo (5, min 05:58). Este pueblo mestizo queda como el jamón del sándwich, (debiera decir como la mortadela de la marraqueta), apresado entre hegemonías (Gramsci, 6), pues por una parte actúa la dominación simbólica (Bordieu y Passeron, 7) que ejerce el mercado y la cultura de masas, y por otra la dominación (no sólo simbólica) del poder académico y político.

Si ejemplificamos lo mencionado en lo danzario, tenemos que desde tiempos de la Conquista y Colonia, se ha implementado un eje culto-popular; donde lo popular es la cultura de masas, con su reguetón, trap, k-pop, o la actual guaracha, entre otras músicas y danzas; y lo culto es lo que se intenta enseñar a este pueblo que aún muchos consideran como la chusma inconsciente (8). Así mientras las juventudes de las periferias están inmersas en el reguetón y k-pop; a modo de aterrizaje forzoso aterriza lo que muchos denominan como “la cultura”, es decir la danza moderna, la contemporánea, el ballet, la danza teatro, e incluso, el folclor.

Y discúlpenme pero aquí pasaremos a lo personal, (porque lo personal es político), pues lamentablemente cuando regresamos, (si es que lo hacemos), a nuestras poblaciones o barrialidades, convertidas en profesoras o talleristas universitarias, que en este caso intentaban transmitir la historia de la Danza; si no hubiésemos construido esa confianza, nunca habríamos podido ser educados por nuestros estudiantes, pues no habríamos tenido la posibilidad de vivenciar tan crudamente, la contradicción entre un relato que intentaba transmitirse con entusiasmo y sensación de pertenencia, pero que no era recibido con la significancia emocional necesaria para que fuera aprehendido.

La razón de la contradicción es complejamente sencilla: el relato no era propio, apropiable; pero nos costó meses, sino años, darnos cuenta, desaprender, y comprender que nuestro mejor libro de texto para enseñar danza eran nuestras propias corporalidades/emociones, que en este caso conformaban una coreográfica escena de fastidiadas y aburridas corporalidades de estudiantes de la periferia de cualquier ciudad, quienes resbalando sus espaldas por las murallas, terminaron no acostados, sino derramados en el piso, con sensación de inerte pesadumbre y degradante apatía.

Afortunadamente la imagen se convirtió para nosotras en delirante asedio, hasta que de tanto rumiar esbozos de respuestas llegamos a lo obvio: teníamos las mejores de las intenciones, pero a pesar de ello estábamos cumpliendo un rol coercitivo, de agentes de dominación simbólica, que desde lo culto, reforzaban la condición de anomia histórica de nuestros estudiantes, y de nuestra clase social de origen; lo cual, para nosotres, sólo pudo develarse al calor de la confianza forjada en lo que ahora con orgullo reconocemos como marginal, intersticial, periférico, y digamos que peri-académico; pues si hubiésemos estado más al centro, no lo hubiéramos percibido.

Disculpando la extensión en estos tiempos de la instantaneidad, cerramos y resumimos: Nuestra respuesta fue la investigación-acción, desarrollando tres Proyectos que ahora reconocemos como tres etapas: una primera de urgente elaboración de material didáctico para la enseñanza de la historia de la danza; y otras dos de propuestas de investigación específica: una de construcción de registro, reconocimiento de fuentes, y elaboración de relato preliminar entre la etapa de conquista hasta la conformación del estado nación chileno, y otra de análisis de un período que en la historiografía danzaria se ha denominado como de “estancamiento” (1870-1929), donde a partir de la perspectiva aquí expuesta, la tesis investigativa es que precisamente en dicho período, es cuando “paso todo”, lo que a la elite no le gustaba.

Para algunos puede resultar paradojal que estos tres proyectos posean financiamiento del Fondo Nacional de desarrollo Cultural y las Artes (Fondart); pero así es, pues participamos de las polémicas del actual modo de financiamiento de las artes por vías concursables, desenvainando nuestras mejores expertices para rellenar formularios, adquiridas en la vida y en la academia, con el sólo fin de atraer recursos a nuestros territorios, para contar nuestra historia, o la historia desde una perspectiva significativa para nuestra clase social.

Así, esta web contiene historias (relatos) no escritos por vencedores, sino por vencidos que le han ganado un poco a la vida, y con ello uno que otro Fondart.

EXPERIENCIA CITADA

Proceso de investigación/acción, de enseñanza de la Danza en la Escuela Barrial ¡A Danzar!, Proyecto realizado en conjunto con la bailarina y profesora de Danza Daniela Pérez Muñoz

Más información del Proyecto la puedes encontrar en el siguiente artículo: PINTO, M. (2021). Territorio y tensionalidades centro/periferia en la actual enseñanza de la danza en Santiago de Chile.: Relato desde la periférica Escuela A Danzar!. Arte da Cena (Art on Stage), Goiânia, v.7, n.1, p.115–149. Consultado el 01-11-2024. Disponible en: https://revistas.ufg.br/artce/article/view/67269

BIBLIOGRAFÍA CITADA

(1) Olivares Mardones, J. (2020). Rebelión en Chile: Neoliberalismo, resistencia y disputa hegemónica. Consultado el 01-11-2024. Disponible en: https://perio.unlp.edu.ar/ojs/index.php/revcom/article/view/6252

(2) Pérez Ahumada, P. (2024). Review: “Identity Investments: Middle-Class Responses to Precarious Privilege in Neoliberal Chile”. Consultado el 01-11-2024. Disponible en https://repositorio.uchile.cl/handle/2250/201614

(3) Villalobos-Ruminott, S. (2023). Para una crítica del Progresismo. Re-Presentaciones, (20), 51–71. Consultado el 01-11-2024. Disponible en https://www.revistas.usach.cl/ojs/index.php/re-presentaciones/article/download/6555/26004827/26014887

(4) Diálogos en Contexto. (2023, noviembre 17). Rodrigo Karmy: Chile como economía de guerra [Video]. YouTube. Consultado el 08-04-2024. Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=uboBKRWxlTY

(5) RHManagementDig. (2020, enero, 16). Los trabajadores y trabajadoras en la historia de los estallidos sociales. Entrevista a Gabriel Salazar [Video]. YouTube. Consultado el 08-04-2024. Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=mO8Z0BHo45Q&t=367s

(6) Se alude al concepto de hegemonía introducido por Antonio Gramsci en sus Cuadernos de la Cárcel.

Gramsci, A. (1981) (V. Gerratana, Ed.; A. M. Palos, Trad.). Ediciones Era. (Trabajo original publicado en 1975). Consultado el 08-04-2024. Disponible en
https://www.abertzalekomunista.net/images/Liburu_PDF/Internacionales/Gramsci_Antonio/Cuadernos_de_la_carcel-Completo-6_Tomos-PAGINADO.pdf

(7) Se alude al concepto de dominación simbólica que, basándose en Gramsci, desarrolló Pierre Bourdieu y Jean Claude Passeron en: Bourdieu, P., & Passeron, J. C. (1996). La reproducción. Elementos para una teoría del sistema de enseñanza. (J. Melendres & M. Subirats, Revisión; M. Subirats, Prólogo; G. Bechelloni & F. Ciafaloni, Prólogos). Editorial Laia. (Trabajo original publicado en 1970). Consultado el 15-03-2021. Disponible en: https://socioeducacion.wordpress.com/wp-content/uploads/2011/05/bourdieu-pierre-la-reproduccion1.pdf

Bourdieu, P. (1988). La distinción: Criterio y bases sociales del gusto (Grupo Santillana de Ediciones, S. A., Ed.). Les Éditions de Minuit. (Trabajo original publicado en 1979). Consultado el 15-03-2021. Disponible en: https://asociacionfilosofialatinoamericana.wordpress.com/wp-content/uploads/2018/08/bourdieu-pierre-la-distincic3b3n-criterio-y-bases-sociales-del-gusto.pdf

Bourdieu, P. (2007). El sentido práctico (Siglo XXI Editores Argentina S. A., Ed.). Les Éditions de Minuit. (Trabajo original publicado en 1980). Consultado el 15-03-2021. Disponible en: https://sociologiaycultura.wordpress.com/wp-content/uploads/2014/02/bourdieu-el-sentido-prc3a1ctico.pdf

(8) Mi abuela, nacida en 1910, varias veces me contó que durante sus campañas presidenciales, Arturo Alessandri, Presidente de Chile en los períodos 1920-1925 y 1932-1938, utilizaba en sus discursos la expresión «chusma inconsciente», “mi adorada chusma inconsciente”, ó “mi queridísima chusma inconsciente que me escuchaís”, para referirse de manera elitista y abusiva al pueblo, que igualmente aplaudía con fervor sus elocuentes alocuciones. Tanto impacto causó esta anécdota en mi mente de niña, que no se me olvidó jamás. Y luego de contármela, mi abuela cantaba “Cielito lindo” y reía calladita. Nunca supe por qué. (En Chile, el primer voto femenino fue promulgado en 1934 para las elecciones municipales de 1935; y la primera elección presidencial en que votaron mujeres fue en 1952. En ese tiempo la mayoría femenina era conservadora, y mi abuela simulaba, pero en el fondo claramente no lo era).