La idea de hacer un esfuerzo por relatar la historia de la danza chilena se origina como parte de funcionamiento de ¡A Danzar!, una Escuela de Danza que surge el año 2015 al alero de Fundación FundArte Chile. Actualmente ¡A Danzar! funciona en tres sedes, en colaboración con el programa Escuela Abierta de la comuna de Recoleta; Centro Educacional Héroe Arturo Pérez Canto, Escuela Diferencial Santa Teresa de Ávila, y Escuela Puerto Rico.
¡A Danzar! y este microdocumental de la danza profesional chilena son proyectos de investigación/acción; entonces, con esta serie de microdocumentales nuestra motivación es contribuir a la elaboración de la historia de la danza profesional en chile, ampliando las perspectivas desde donde se construye su narración. Esta vez desde un observador/narrador que se encuentra situado, en nuestro territorio y desde los sectores medios y populares.
Dado que en los liceos y escuelas de Recoleta, en donde el equipo FundArte enseña danza, donde acontece ¡A Danzar!, no corresponden al territorio donde se ha desarrollado el saber danzario que nosotros mismos enseñamos, muchas veces no se disponía de puntos de encuentro reconocibles en el espacio simbólico-cultural inmediato.
Este escenario imponía dificultades cotidianas, como la de explicar a los estudiantes la presencia evidente de un eje valorativo que organiza de forma jerárquica lo culto y lo popular. Donde lo culto está representado por el saber que las profesoras de danza transmiten, -pues han sido formadas en la Universidad-, y lo popular queda representado por el conocimiento danzario que los estudiantes de ¡A Danzar! y sus familias poseen como referencia. Conjuntamente, surge la interrogante de cómo transmitir la historia de la danza desde una perspectiva que se apropie del relato, sin repetir irreflexivamente discursos con perspectivas eurocéntricas.
Frente a esta constatación es que planteamos la necesidad de territorializar nuestro saber y hacer. Basados en la idea que toda disciplina se desarrolla dentro de un grupo social y en un lugar determinado, desde el cual se elabora su historia, nos dimos a la tarea de interrogar la historiografía nacional disponible en la materia, buscando hebras que nos condujeran hacia espacios más amplios que los estrechos salones de la aristocracia, hacia actores más diversos que los próceres habituales, y hacia acontecimientos que ponen de manifiesto las tensiones de una época y que la cronología disponible no consideraba.
Así, este proyecto que surgió motivado por la necesidad de material didáctico, se transformó en una (re)visión, (re)interpretación, e intento exploratorio de (re)escritura de la historia de nuestra danza profesional, desde una perspectiva no europeizante, es decir desde las voces mestizas de la clase popular chilena.
El formato de microdocumental fue la alternativa que más se complementaba con el perfil de las niñas, niños, niñes, y adolescentes que participan en ¡A Danzar! y que utilizan las nuevas formas de comunicación digital, como las redes sociales. Así, en conjunto con ellos, el desafío fue elaborar un mensaje audiovisual, breve y concreto, que pudiera despertar el interés o incentivar una conversación respecto de la historia de la danza chilena, de la historia de Chile, y de quienes escriben la historia.
Que lo disfruten!
Fundación FundArte Chile
Recoleta, mayo de 2019
«Nuestra motivación es (re)escribir y (re) interpretar, la historia de la danza desde un observador/narrador que se ubica en nuestro territorio, por una parte chileno, y por otra de clase media.»